Los nuevos desafíos que implica ser un deportista dentro de un contexto Pandémico.

Ya no es algo nuevo pensar que la situación Pandémica ha afectado varias posibilidades de desarrollo y proyección a nivel económico, social y Psicológico en el país. Es así como en Chile han ocurrido bastantes escenarios catastróficos para el deporte, como por ejemplo la suspensión de Campeonatos Nacionales, la disolución de clubes deportivos y el despido masivo de entrenadores y equipos multidisciplinarios por la falta de recursos. Es un tema que nos ha afectado a todos y en particular al deporte federado. Uno de los deportes que más se mantuvo en pie durante las cuarentenas era el fútbol, algo que refuerza la idea de que en Chile es el único deporte que existe. Pero dejando de lado esa burbuja intocable del balón, es importante mirar lo que ha pasado en otros deportes, como la Natación, el Patinaje Artístico, el Basquetbol, etc. Las Federaciones y clubes deportivos han tenido que adaptarse a todas las restricciones que impone el Ministerio de Salud, pero la fuerza para sostenerse económicamente solo la tienen los clubes más grandes y de una clase social media alta. Personalmente me tocó presenciar la disolución de equipos de Natación que venían haciendo un excelente trabajo, con campeones nacionales y seleccionados nacionales. Lamentablemente, los clubes más pequeños tuvieron que decirles a sus deportistas que fueran a un Club más grande para seguir haciendo su deporte. Entrenadores destrozados, con la moral baja, desmotivados por tener que dejar un proyecto de vida en el camino y deportistas que tuvieron que volver a empezar a echar raíces en un nuevo lugar de entrenamiento. Algunos simplemente abandonaron y otros hasta el día de hoy luchan con la idea de continuar en el deporte.
Esta avalancha de situaciones negativas que nos tocó vivir como sociedad trajo como consecuencia percibir la realidad de otro modo, con miedo a que nos encierren de nuevo, con incertidumbre de las fechas de los campeonatos y con la fe intacta en que ninguno de los compañeros de equipo se contagie, porque eso cerraría las puertas del lugar de entrenamiento.
Actualmente tenemos un deportista difuso, con un objetivo poco claro, con una intensidad (y entrega) del entrenamiento al 80% porque no sabe con exactitud cuándo será la competencia. Tenemos entrenadores cansados, que han tenido que soportar toda la carga emocional de un equipo y de ver cómo se desmoronan a su alrededor otros colegas con los que compartía en cada campeonato nacional. Afortunadamente para algunos deportes como la Natación Clásica y Artística el panorama en relación a los seleccionados nacionales es diferente. Gracias a la fuerza, perseverancia y astucia de la Federación, Jefes Técnicos y Coordinadores han sacado adelante contra viento y marea a sus seleccionados y actualmente han dado bastantes alegrías a Chile.
Ahora bien, todos los resultados positivos que se han adquirido en la actualidad de deportistas juveniles es trabajo de muchos años atrás, donde no existía la Pandemia. Durante la Pandemia tuvieron que hacer malabares para mantener la motivación frente a una cámara. Y mientras la mayoría de los deportes en Chile realizaba sus entrenamientos mediante ZOOM, tenemos al Fútbol que en un corto periodo de tiempo ya estaban entrenando presencialmente, bastante injusto.
Pero, ¿Qué pasará con las próximas generaciones de deportistas? ¿Cuántas posibles proyecciones de deportistas de regiones quedarán en el olvido, porque nunca los