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Más allá del campo de juego: el entrenamiento invisible. (Parte 1)



Hablar de rendimiento deportivo implica referirse a un fenómeno complejo y multidimensional, y no sólo a un conjunto de resultados que se originan a partir del ejercicio realizado. En esta instancia, se busca aprovechar al máximo las cualidades y aptitudes que presenta cada deportista, y se combinan elementos técnico-tácticos, físicos, fisiológicos y psicológicos, así como también la experiencia, el entrenamiento y calentamiento previos, habilidades, estado de salud y alimentación (Fernández, 2018; Campos et.al., 2017).


En este sentido, se ponen en juego una serie de factores que, junto con el entrenamiento físico, influyen en la calidad de la performance, reducen el riesgo de lesión y permiten asimilar mejor las sesiones de entrenamiento (Drehmer Rieger et.al., 2019). Éstos constituyen lo que se conoce como entrenamiento invisible, en tanto que contribuyen con el óptimo desempeño de los deportistas, incluso aunque no sean del todo conscientes de esto. Entre ellos, es posible mencionar:


Sueño, descanso y recuperación


La sobrecarga física sobre el organismo de los deportistas, a nivel del sistema nervioso y muscular, demanda un tiempo de recuperación más prolongado que el requerido por personas sedentarias o poco activas. Asimismo, los trastornos del sueño repercuten considerablemente sobre ellos, afectando su funcionamiento general.


En consecuencia:

✓ Es aconsejable establecer una regularidad de los tiempos de descanso, tanto en las concentraciones como en la vida cotidiana (Lloret Riera, 1989).


✓ Una buena higiene del sueño (dormir en un espacio cómodo, con una temperatura adecuada, silencioso y oscuro; no utilizar dispositivos electrónicos antes de dormir; no realizar actividades ligadas al trabajo o estudio en el mismo espacio donde se duerme, entre otras recomendaciones) colaborará enormemente con este cometido.


✓ Por último, es importante graduar los entrenamientos. Deben conocerse la totalidad de las cargas de entrenamiento para dosificar su esfuerzo, recuperarse adecuadamente y evitar lesiones por sobrecarga (Lloret Riera, 1989). En este sentido, el trabajo conjunto con entrenadores o preparadores físicos resultará de especial interés.


Higiene y cuidado personal